miércoles

Carta a Hitler.

Endiablado Hitler:


Es invierno; el deseo me corroe por las entrañas
la culpa la tenemos nosotros por hacer el amor 
en plena época invernal... quiero que ultraje mis
entrañas, que mi piel quede penetrada por su presencia.


Exorcismos de nuestros cuerpos humanos, de estas
pasiones que nos llevan al éxtasis
a la exhaustiva finalidad de terminar como un nudo
sin fin, como un nudo que se puede trascender en el 
dolor de las entrañas.


Endiablado Hitler, dejese de caballerías, de un 
absurdo romanticismo; olvide la educación
adquirida durante tantos años, mientras juega entre
mis piernas, mientras me hace dolerme...
mientras sangro y mancho tus manos que recorren 
este cuerpo de la Venus.


Entreguemonos a  las pasiones desenfrenadas;
a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo en 
este nuevo campo de concentración
que llamamos matrimonio.


Atentamente:
"Su pervertida judía".

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