Allí estabas, allí estaba.
Te ahogabas en un mar redondo...
redondo,
tan profundo; dos ya habían muerto y flotaban a tu alrededor.
Tú nadabas buscando desesperadamente algo que te sacara a flote...
los cuerpos a tu alrededor
mientras fingías no verlos;
y ellos
te miraban horrorizados.
Ambos nadábamos,
veíamos como la muerte se acercaba
en grandes bocanadas sabor salado.
Desesperación, muerte, miedo...
todo nadaba a tu alrededor, moriste
sujetando un cuerpo sin vida.
Yo te pude haber rescatado.®
® Jardín de Azzabûg, Elihe de los escritos impersonales.
Autor: Ely y las moscas muertas.
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