mientras formas parte inconsciente de la fugacidad de mis espejismos.
Te alejas, etéreo y sonriente.
Podrías cruzar la línea del horizonte;
llegar ardientemente hasta el valle por donde nace el sol.
Avanzar con una sonrisa reseca como bandera,
volver con los zapatos llenos de historias
para dos mil y once noches sin lunas friolentas.
Sin contratiempos los labios incendiados besan el agua
como única flor en el desierto que rápido se evapora.
No hay más que arena,
incandescente arena como el único mar
que nos rodea y juega con nuestras piernas.
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®Elihe Hombre de arena escrito para la antigua Union Soviética de PDFbajo la insignia: Larga vida al niño azul.
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