Detrás de esta ventana vivo esperando el retorno de tu vuelo; tal vez un día escuches mi canto y te acerques,
como aquella vez cuando volaste
sobre la barda, para comer de mi alimento.
Sigo esperando por soles y lunas
el fugaz reflejo de tu sombra
sobre las ocultas palabras
que me sirven de nombre.
Aunque nunca me llames,
aunque nunca vengas,
aunque pase el invierno
y se vuelva primavera.
Un día consumiré todo mi alimento,
volaré sobre el abismo que nos separa
llegaré hasta tu ventana y no cantaré nada
(no haré lo que no quieras),
me desvaneceré
con la llegada de la madrugada.
® Elihe 16 de julio – 7 de febrero.