® Libélulas en el fuego. EVIII'12 |
Nadie está preparado para morir, ni siquiera lo estamos para vivir.
Aprendemos en el acto, en una especie de work in progress: así es la vida.
El morir es como una libélula que se acerca danzante al fuego:
desconoce que no volverá a sentir las llamas sobre su cuerpo.
Que esa osadía de vivir más allá la llevará a un paraje sin retorno.
La primera vez que yo morí no sentí absolutamente nada;
quedan los registros clínicos para sabernos así tan libélulas, nada más.
Luego volví a morir ... o mejor dicho: me soñé inmortal.
menudos bichejos, son simples, vuelan rápido, viven sin dudas y al momento de reproducirse hacen un corazón.
ResponderEliminarSaludos y letras